
La lucha por una nueva constitución, contada por una joven candidata constituyente que sufrió un trauma ocular a manos de carabineros durante el estallido social. Click here to read the English version of this article.
El 18 de octubre de 2019, yo estaba trabajando de enfermera en una clínica psiquiátrica en turno de 8.00 a 20.00 hrs. Toda esa semana hubo manifestaciones en las estaciones de metro por el alza de los pasajes y ese fue el día cúlmine. Era ya horario de almuerzo y en la TV se veía que las manifestaciones continuaban y habían salido para llenar las calles de Santiago e incluso empezaban a visibilizarse en otras ciudades. Recuerdo haberme sentido profundamente feliz al pensar “Por fin nos estamos levantando, no vamos a aguantar más abusos”. Y, por otra parte, había un poco de miedo, puesto que habían comenzado a circular audios por whatsapp y otras redes sociales, diciendo que saldrían los militares a la calle, que les habían dado órdenes de disparar, que habría toque de queda, que sería igual que en el golpe militar del 73’. Sin embargo, predominaba la sensación de esperanza de que “Chile despertó”.
Lo he comentado con muchas personas y concordamos en esa sensación de alivio durante ese 18 de octubre. Existía un anhelo colectivo de querer hacer algo contra la desigualdad, pero también la idea de que los chilenos somos muy pasivos y nos quedamos callados frente a la injusticia. Sin embargo, el salto de los torniquetes por parte de los estudiantes secundarios nos dio la fuerza necesaria para combatir eso que nos oprimía.